29 de noviembre de 2011

Crédit Agricole


Edificio proyectado en año 1879, por el arquitecto cántabro Antonio Ruiz de Salces (1820-1899). Precioso edificio de clarísimas trazas neoclásicas que se halla contiguo a las Torres de Colón y que entre otras particularidades, tiene la de poseer el gran honor de figurar en su fachada el número uno del Paseo de la Castellana. Perteneció en un principio a la compañía aseguradora Omnia.

Se realiza una primera ampliación y una primera reforma proyectadas en 1930 por el arquitecto roncalés Eduardo Gambra Sanz y que fueron realizadas entre los años de 1930 y 1935. En 1987 vuelve a ser rehabilitado, curiosamente, para otra compañía de seguros, Mare Nostrum por el arquitecto José Manuel Fernández Plaza, quien respetó, afortunadamente, tanto la fachada como su interior.

El edificio se completó con otro de nueva planta en la parte posterior, que no sobrepasa al edificio principal para que no sea visto desde la Castellana y cuyos sótanos fueron acondicionados para aparcamientos. En la actualidad está ocupado por el mayor grupo bancario en Francia, entidad constituida en 1858, Crédit Agricole Indosuez.


M@driz hacia arriba©2011 | Manuel Romo

22 de noviembre de 2011

Puerta Cerrada


En la confluencia de las calles de Segovia, Nuncio, Cava Baja, Grafal, Tintoreros, Latoneros, Cuchilleros, Gómez Mora, Pasa y San Justo se encuentra la Plaza de Puerta Cerrada donde se contempla tan sólo una tosca cruz, único vestigio de un viaje de agua. En dicha plaza una puerta existió en su día y que tuvo que ser cerrada a causa de los malhechores que al llegar la noche allí buscaban refugio.

Tirso de Molina la recordó de esta manera:
“Como está Madrid sin cerca, a todo gusto da entrada;
nombre hay de Puerta Cerrada, mas pásala quien se acerca.”

Y don Miguel de Unamuno hablaba así de ella:
“La Cruz de Puerta Cerrada, que abre sus anchos y blancos brazos de piedra; una cruz pura , sola, sin Cristo. ¡Líbrenos Dios de bárbaros, sin tierra ni pueblo, a quienes se les ocurra derribarla"

También existió aquí un palacio en el que vivía una tal Doña Laura, viuda de un indiano, amante de turno de Felipe IV. Cuenta la leyenda que unos chivatos anónimos comunicaron a Don Ramiro de Vozmediano, teniente corregidor de casa y corte y también figura siniestra de la Inquisición, que en días alternos una carroza se detenía delante de la mansión de Doña Laura y de la que bajaba un personaje embozado y penetraba en el palacio.

Puesto sobre aviso, el Corregidor montó la oportuna y discreta vigilancia, hasta que una noche los vigilantes le dieron la noticia esperada:
- ¡Ya ha caído en la ratonera!
Falta tiempo para que el tal Vozmediano con escolta y escribanos se persone en el lugar e inste a la dama:
- Sé que escondéis a una persona en vuestros íntimos aposentos. En nombre de su Majestad, entregádmela.
- Entrad y registrad. Tenéis ante vos a la más fiel servidora de Felipe IV. 
Durante el registro el Corregidor observa cierto movimiento en un tapiz que cubría un balcón.
- ¿Qué hay ahí detrás?
- Amén del cierre del balcón, un retrato de cuerpo entero que reproduce la figura de su Majestad.
- ¿Puedo contemplarlo?
- Podéis, pero no os lo recomiendo. Porque es tan real el retrato que quizá su contemplación pueda alterar el buen estado de su Señoría.
Don Ramiro descorre el tapiz, exclamando:
- ¡Dios bendito!
Y vuelve a correr el tapiz mientras dice con voz entrecortada:
- Cierto, cierto que nunca había visto retrato tan perfecto de su Majestad. ¡Tan siquiera entre los mejores que le ha pintado Don Diego Velázquez!


Fuentes: “Madrid” de Miguel de Unamuno, “Leyendas de Madrid” de Jerónimo de Anclares, “Leyendas y anécdotas del viejo Madrid” de Francisco de Azorín.
M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

14 de noviembre de 2011

Antiguo Ministerio de Fomento


Este edificio está situado en el número uno del paseo de la Infanta Isabel, junto a la Glorieta de Atocha (glorieta del Emperador Carlos V), y fue construido para albergar al entonces Ministerio de Fomento que inicialmente era un ramo del Ministerio de Comercio, Instrucción y Obras Públicas.
Del proyecto y también de las obras de construcción se encargó en el año de 1893 el arquitecto burgalés Ricardo Velázquez Bosco (1843-1923), aprovechando que en dicho solar ya existían desde 1886 los cimientos de una antigua Escuela de Artes y Oficios que no llegó a construirse y que a la postre condicionaría el desarrollo del nuevo edificio.

El edificio resultante, concluido en 1897, presenta una planta de forma rectangular retranqueada que se encuentra organizada por dos patios interiores de idénticas proporciones cubiertos ambos por una estructura de hierro y cristal.
Sin desmerecer del resto, quizá lo más destacado del edificio sea el cuerpo central de la fachada, compuesto por un pórtico central de igual altura que la planta baja, que sirve al mismo tiempo de basamento a cuatro pares de columnas gigantes de orden corintio que soportan un arquitrabe y un ático de notables proporciones.

También caben destacar las decoraciones de azulejos y esmaltes, que circundan las cuatro fachadas, obra del ceramista y pintor madrileño Daniel Zuloaga Boneta (1852-1921); las pinturas de Alejandro Ferrant y Fischermans (1843-1917); las imponentes cariátides del pórtico de entrada, obras del escultor catalán José Alcoverro y Amorós (1835-1908), que representan a la Industria y al Comercio, y el no menos colosal grupo escultórico “La Gloria y los Pegasos” coronando el ático.  

Obra que realizó en piedra el escultor catalán Agustín Querol y Subirats (1860-1909), y que más tarde fue sustituido por una réplica en bronce que corrió a cargo del escultor extremeño Juan de Ávalos y Taborda (1911-2006). 
Con la reforma ministerial que se produjo a comienzos del siglo XX, el Ministerio de Fomento fue suprimido y el edificio fue ocupado por el Ministerio de Agricultura y por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, más tarde lo ocupó en exclusiva el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y hoy en día alberga el Ministerio de Medio Ambiente.

Fuentes: "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "La Ilustración Española y Americana", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería".
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8 de noviembre de 2011

Real Academia Española (R.A.E.)


La Real Academia Española se fundó en 1713 por iniciativa del navarro, don Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga (1650-1725), Grande de España, marqués de Villena y duque de Escalona. Felipe V aprobó por Real Cédula su constitución con 24 sillones, el 3 de octubre de 1714 y la colocó bajo su “amparo y Real Protección”.
Su propósito fue el de “fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza”. Se representó tal finalidad con un emblema formado por un crisol en el fuego con la leyenda “Limpia, fija y da esplendor y el propósito de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma y de fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI y consolidado en el XVII.

En 1723 se le concedieron 60.000 reales anuales para sus publicaciones. Fernando VI le permitió publicar sus obras y las de sus miembros sin censura previa. Se tomaron como modelo para su creación la Accademia della Crusca italiana (1582) y la Academia francesa (1635). El edificio que alberga en la actualidad la institución, situado en la calle Felipe IV, fue construido especialmente para ella por el arquitecto don Miguel Aguado de la Sierra (1842-1896), en estilo neoclásico, en unos terrenos del conjunto del Buen Retiro cedidos por la Casa Real.

Esta nueva sede se inauguró en 1894 con la asistencia de la regente María Cristina de Habsburgo y el rey D. Alfonso XIII. En 1784 María Isidra Quintina de Guzmán y de la Cerda (1768-1803), primera mujer con el título de doctor por la Universidad de Alcalá, fue admitida como académico honorario y, aunque pronunció su discurso de agradecimiento, no volvió a comparecer más. Fue probablemente la primera mujer académica del mundo, y no volvió a haber otra fémina hasta la elección como académica de número de Carmen Conde en 1978.


Fuentes: "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "La Ilustración Española y Americana".
M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

4 de noviembre de 2011

Adiós a “Super Sic”


Este domingo 6 de noviembre, con motivo del Gran Premio de la Comunidad Valenciana en el circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia), última prueba del Mundial de Motociclismo de 2011, este blog “M@driz hacia arriba” y Manuel Romo, su administrador, expiloto, todavía usuario y por siempre aficionado incondicional a este deporte de las dos ruedas, quieren rendir este pequeño homenaje al recientemente desaparecido piloto de MotoGP, Marco Simoncelli. 
¡Va por ti Super Sic!.
Ciao.

M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

25 de octubre de 2011

Madrid desde arriba

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Allá por el año 1981 el trágicamente desaparecido cantautor madrileño Hilario Camacho sacaba al mercado discográfico un tema, que en su primera estrofa decía:  
“Madrid amanece con ruido, con humo y oscuros borrones flotando entre nubes”

Indudable y desgraciadamente ésta suele ser la tónica general, salvo en contadas ocasiones, de un despertar cualquiera en nuestro querido Madrid. Pero yo he tenido la gran suerte de conseguir cazar al vuelo, porque haberlos haylos, unos cuantos días de esas honrosas ocasiones. 
Y la verdad es que si entre Madrid y el cielo no existiera esa ya habitual boina gris oscura que asfixia nuestros pulmones y nubla nuestra vista, nos dejaría ver una fantástica ciudad con multitud de tejados rojos, la mayoría centenarios, con ese peculiar estilo milenario y tan nuestro, como lo es el de cualquier pueblo manchego. 

La mayoría de los mortales, al no estar acostumbrados a observar Madrid desde tales alturas, al menos yo, miramos maravillados desde esta perspectiva y, aún suponiendo que nos conocemos nuestra ciudad al dedillo, nos damos cuenta de que nos desorientamos, pues perdemos las referencias y por tanto calculamos mal las distancias y nos sorprendemos de lo cerca, de lo lejos, de las dimensiones o de la orientación en la que están ciertos edificios bien reconocibles.
Es tal el “caos organizado” que se divisa desde aquí arriba, que tengo que tomar como referencia la cúpula de un más que reconocible edificio emblemático, pongamos por ejemplo la de San Antonio de los Alemanes, para darme cuenta de que me cuesta un buen rato de observación hasta que puedo ir reconociendo zonas un poco más definidas. 

Deduzco que la calle que vislumbro a la izquierda de la iglesia tiene que ser la calle del Pez, que puesto que veo otra cúpula un poco más cerca de mí, tendría que ser la de la iglesia de San Martín y que otra cúpula que se divisa hacia el norte de la Hermandad del Refugio tiene que ser la de la iglesia de Montserrat, puesto que veo hacia el Oeste las imponentes moles de la Torre de Madrid y el edificio España y hacia el Este la parroquia de San Ildefonso y más hacia el Este aún los imponentes picachos de las Salesas Reales. 
Y así, poquito a poco, disfrutando y divirtiéndome, voy componiendo mi particular planimetría de Madrid. Ahora admiro mucho más si cabe los planos del señor Texeira y pienso en las dificultades con las que se tuvo que topar este buen hombre para poder visualizar desde pie de calle el conglomerado de casas y calles de la época y cuánto más fidedignos hubieran sido sus cálculos de haber dispuesto de alguno de estos privilegiados observatorios. 

M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

18 de octubre de 2011

El escudo de Madrid


El emblema de Madrid siempre ha dado lugar a controversias, más o menos fundadas, sobre sus variaciones sucesivas. Ya en el siglo XIII, durante el reinado de Fernando III el Santo (1199?-1252) figuraba el oso, probablemente por los muchos que abundaban en la región, según afirma el “Libro de Montería” del rey D. Alfonso XI, donde se dice que Madrid “era buen lugar de puerco y oso”.

Posteriormente se pintaron en la piel de éste las siete estrellas, que después pasaron a la orla del escudo y que los genealogistas afirman que es una alusión a la constelación llamada vulgarmente El Carro. Hay quien defiende la teoría, creo que descabellada, de que es porque la villa de Madrid se hallaba ubicada en la Carpetania, y que Carpentum quiere decir carro en latín.

Tampoco hay aclaración suficiente sobre la presencia del madroño al que se abalanza el oso en las modernas armas de Madrid, y sólo se consigna que el motivo de esta actitud del animal ante un árbol, hacía alusión a reñidos pleitos que hubo en el año de 1222, entre el Ayuntamiento y el Cabildo eclesiástico de la Villa, sobre unos derechos a ciertos montes y pastos en las cercanías del castillo, los cuales concluyeron con una concordia en la que se estableció que perteneciesen al Ayuntamiento de la Villa todos los pies de árboles y al Cabildo todos los pastos.

El litigio casi salomónico tuvo como final y para su memoria que se pintase para el Cabildo una osa paciendo en la hierba y que para el Ayuntamiento se la pusiese incorporada a las ramas de un madroño. También se ha pintado algunas veces un dragón alado como emblema de la villa, en alusión al que dicen que se halló esculpido en Puerta Cerrada, pero este mal llamado dragón no era sino una culebra, según el mismo dibujo que estampa el maestro López de Hoyos y su copia pintada, en el techo de una de las salas del Archivo del Ayuntamiento de Madrid.

Las armas, en fin, de la Villa de Madrid son hoy, de plata, el madroño de sinople terrasado de lo mismo, frutado de gules, acostado de un oso empinante de sable y superado por una corona cívica de sinople; bordura de azur, cargada de siete estrellas de plata y, al timbre, corona real”. Esta última concedida por el emperador don Carlos V, en las Cortes de Valladolid de 1544, a los procuradores de la Villa de Madrid, que pidieron este honor para su patria.


Fuentes: "Madrid Villa y Corte" de Pedro Montoliú Camps, "Ayuntamiento de Madrid", "Archivo Histórico Regional", "Sociedad Española de Librería", "Museo Municipal de Madrid".
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10 de octubre de 2011

Monasterio de la Encarnación


El Monasterio de la Encarnación fue fundado por Margarita de Austria, esposa de Felipe III, tras una promesa si se expulsaba de la península ibérica a los moriscos. Se puso la primera piedra del monasterio en 1611 justo donde se levantaría el altar mayor y se inauguró en 1616. Las monjas recoletas de la orden de San Agustín, llamadas Margaritas por su fundadora, llegan de Valladolid a ocupar el edificio ya consagrado por el arzobispo de Braga. 

Se atribuye el proyecto a Juan Gómez de la Mora o a fray Alberto de la Madre de Dios o a Francisco de Mora, tío de Juan. La fachada es de granito con tres arcos de medio punto, siendo el central de mayor tamaño. En la primera planta de la fachada un relieve en mármol de la Anunciación atribuido a Miguel Ángel Leoni y flanqueado por dos ventanas. En la planta superior un balcón central con un escudo a cada lado. El conjunto, bordeado por dos pilastras que acaban en un frontispicio triangular con una cruz en el vértice y dos bolas, también de granito, sobre pedestales en los extremos. 

La iglesia es de nave única con crucero y cúpula. Al ser la fachada retranqueada queda un atrio cerrado con una verja. En el siglo XVIII a causa de un incendio fue reformado por Ventura Rodríguez y a finales del siglo XIX se terminó la fachada del convento que da a la Calle de San Quintín. El edificio está unido subterráneamente por un pasadizo con el Palacio Real. El altar mayor de mármoles y bronces consta de 4 columnas corintias y una Anunciación de Carducho y las estatuas laterales de San Agustín y Santa Mónica, tallas de Gregorio Fernández. Los dos altares laterales del crucero están dedicados uno a San Felipe y otro a Santa Margarita en lienzos también de Carducho. 

A través del tiempo fue decorado con obras de Bartolomé Román, Bayeu, Gregorio Ferro y Ginés Aguirre. En 1965 fue abierto al público el museo del Convento y en él se pueden observar obras de Lucas Jordán, Vicente Carducho, Juan Carreño, José Ribera, Antonio Palomino, Pedro de Mena, Gregorio Fernández y Salcillo, entre otros, y no hay que olvidar el famoso recipiente con la sangre de San Pantaleón que se licúa cada 27 de julio,…“si no ha sido año de desgracias”. Malos tiempos corren para que se obre el fenómeno. 


Fuentes: "Madrid Villa y Corte" de Pedro Montoliú Camps, "Urbanity", "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "Ayuntamiento de Madrid", "Archivo Histórico Regional", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería", "Museo Municipal de Madrid".
M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo

29 de septiembre de 2011

Fundación Diario Madrid


En el número 14 de la calle Larra se levanta un edificio modernista que fue proyectado en 1906 y ejecutado durante los años de 1907 y 1908, por el arquitecto madrileño Jesús Carrasco-Muñoz y Encina (1869-1957), arquitecto formado en las tendencias arquitectónicas neoclásicas e influenciado por las corrientes eclécticas francesas impulsadas por la filosofía de Victor Cousin.

A comienzos del siglo XX, los trabajos de Carrasco conectaban más con la filosofía del movimiento Beaux-Arts, caracterizado por construcciones monumentales ornamentadas con elementos clásicos, pero poco tiempo después, su eclecticismo evolucionaría hacia ideas más estructuralistas y el empleo de elementos rectilíneos, con el fin de crear composiciones más depuradas. De esta época datan sus proyectos para el edificio del Casino de Madrid (1903), del que quedó finalista; para el Palacio de Comunicaciones (1904), que finalmente realizaron Palacios, Otamendi y Chueca Sainz y el proyecto y construcción del Gran Hotel Reina Victoria (1919-1923), concebido como edificio comercial para los Almacenes Simeón, en la plaza de Santa Ana.

En el caso que nos ocupa, Carrasco ordenó un solar de planta trapezoidal mediante un sótano para máquinas y talleres, un patio inglés en la fachada principal, dos plantas con retranqueo sobre la alineación de la calle y un segundo patio interior cubierto. La fachada principal presenta características del modernismo catalán, rematada con un torreón lateral, un cuerpo central con un gran arco acristalado entre grandes pilastras que conforma la parte baja del edificio y la parte superior del edificio corrida por una balconada.
En el frontis del patio inglés hay que destacar la decoración con cerámicas de Daniel de Zuloaga. El edificio sufre una ampliación de los talleres en 1926, y una segunda ampliación que afecta al resto de servicios en 1932. En la década de los noventa el edificio fue restaurado y rehabilitado en profundidad.

En un principio se editó en sus talleres el semanario ilustrado Nuevo Mundo, seguido en 1908 del diario La Voz y ya en 1917 se comienza a editar El Sol, bajo la dirección de Nicolás María de Urgoiti, gran impulsor de las iniciativas periodísticas y editoriales. Desde el diario El Sol, José Ortega y Gasset, Asín Palacios, Unamuno, Valle Inclán, Menéndez Pidal, Corpus Barga y Gregorio Marañón, entre otros, dejaron en sus páginas el sentir del pensamiento español de la época. Terminada la guerra civil, aquí se instalaron el diario Arriba y el diario deportivo Marca, hasta bien entrados los años sesenta.

Actualmente es la sede de la Fundación Diario Madrid, polémico diario de la etapa franquista, en la que se continúan desarrollando actividades periodísticas. También imparte sus cursos docentes en este edificio la escuela de diseño, Istituto Europeo di Design, con la que colabora la Fundación.


M@driz hacia arriba©2006-2011 | Manuel Romo

21 de septiembre de 2011

Circo Teatro de Price


Thomas Price, acróbata y domador de caballos irlandés, procedente de una familia con gran tradición circense, no sólo en España, sino también en Escandinavia y el resto de Europa, se instala en Madrid en 1858 y decide levantar un simple barracón cercano a la plaza de toros de la Puerta de Alcalá para actuaciones de compañías acrobáticas. 
Ya corriendo el año de 1868 por fin consigue su sueño, llevar a cabo un proyecto largamente acariciado y asentarse en su propio circo estable. El Circo de Price, “la catedral del circo español”, obra del arquitecto Pedro Vidal

Una edificación casi en su mayor parte de madera se instala en el madrileño paseo de Recoletos, más concretamente, en el actual cruce de la calle de Bárbara de Braganza con el Paseo de Recoletos, en el entonces denominado Jardín de las Delicias, lugar de recreo y paseo para los madrileños. 
Posteriormente y debido a su popularidad el establecimiento se queda escaso de aforo con tanta afluencia y ante la imposibilidad de ampliación por las edificaciones colindantes, el señor Price decidió construir un nuevo circo situado en la Plaza del Rey, en un antiguo y amplio solar perteneciente al entonces desaparecido "Teatro del Circo". 

Price fallece prematuramente en Valencia, en 1878, debido a un accidente fortuito durante una gira, sin poder ver realizado su gran sueño, por lo que su administrador y yerno William Parish, tomó la dirección del nuevo proyecto. Dos años más tarde de la muerte de Price, el 5 de diciembre de 1880, se inauguró el nuevo edificio de la plaza del Rey, esta vez diseñado por el arquitecto Agustín Ortiz de Villajos, recibiendo el nombre de "Circo Teatro de Price", conservando así en su fachada el nombre en honor de su fundador. 

Apenas ha pasado un año de su inauguración cuando un incendio destruye por completo el edificio. Parish persevera y levanta otro de factura un poco más moderna con la ligera variación de que ahora se llama “Teatro Circo de Price”. A la muerte de Parish, en 1917 y en su homenaje, pasa a llamarse “Circo de Parish”. En 1940 tras un bombardeo, el edificio queda reducido a escombros sobreviviendo tan sólo su fachada. Tras la guerra civil se inicia su reconstrucción. Mientras dura este proceso sus actuaciones se continúan haciendo bajo una carpa improvisada instalada en la calle de Barceló. 
En los principios de este circo, cada noche triunfaba el inigualable trapecista de la época Jules Leotard, francés de nacimiento, que por su peculiar y novedosa indumentaria para aparecer en escena, consistente en unas ajustadas y provocadoras mallas, se las dio en llamar, por el nombre de su revolucionario portador, “leotardos”. 

El espectacular número del descocado Leotard consistía en peripecias en el trapecio, en las que no utilizaba red de seguridad, y juegos y trucos con cuerdas y aros. Leotard, para rematar su número, solía acabar su despliegue de saltos y piruetas en lo alto del mástil central. A lo largo de su siglo de historia también desfilaron por sus pistas grandes figuras como los Briatore, Pompoff y Thedy, los hermanos Moreno, trapecistas como Miss Mara y Pinito del Oro, y el payaso catalán Joseph Andréu i Lasserre “Charlie Rivel”, y tras la última reconstrucción de posguerra cabe destacar a Estrellita Castro, Mary Santpere, Antonio Molina, Rafael Farina, el Dúo Dinámico, Juanito Valderrama, Luis Sánchez Polack “Tip”, el entonces “Mike” Ríos, etc. 

Tras la última función, del 12 de abril de 1970, el edificio sería derribado para levantar en su lugar una horrenda construcción que albergaría una entidad bancaria, posteriormente ocupada por la sede del Ministerio de Cultura. 


Fuentes: "Postales Antiguas de Madrid" de Ediciones La Librería, "Ayuntamiento de Madrid", "Archivo Histórico Regional", "Urbanity", "Viejo Madrid", "Sociedad Española de Librería", "Museo Municipal de Madrid".

M@driz hacia arriba© 2011 | Manuel Romo