17 de octubre de 2008

El Águila


Biblioteca Regional Joaquín Leguina
(C/. Ramírez de Prado, 3)

El empresario valenciano Augusto Comas Blanco (1862-1953), pintor, crítico de arte y representante en Cortes por el partido Liberal, estudió Bellas Artes y Derecho, pero profesaba una gran afición por la Arquitectura, que no llegó a estudiar, pero que le llevó a proyectar casas y edificios, con un capital social de 2.000.000 de pesetas adquirió un solar situado en el distrito de Arganzuela entre las estaciones ferroviarias de Delicias y Atocha, para la construcción de la fábrica de cervezas y de hielo, S. A. “El Águila”. El emplazamiento, de más de 95.000 pies cuadrados, cumplía con una importante necesidad estratégica de la época: su conexión directa, mediante vías propias, con la red de transporte ferroviario.
La fábrica, fue construida entre los años 1912 y 1914, según planos del ingeniero alemán Langeloth y bajo la dirección técnica del arquitecto Eugenio Jiménez Corera y ampliado más tarde por el también arquitecto Luis Sainz de los Terreros. Tenía una superficie total de 11.000 metros cuadrados y se levantó sobre el primer edificio de la maltería, fundada en 1900.



En 1936, al estallar la Guerra Civil Española, la fábrica fue incautada por el ejército republicano durante más de 32 meses. En 1939, tras la toma de Madrid, volvió a manos de sus dueños quienes, tras la reparación de diversos daños en los silos y en las naves de fermentación, la pusieron nuevamente en funcionamiento. El edificio original creció con distintas naves en 1970, hasta que finalmente en 1985 cerró sus puertas como fábrica de cervezas.
En 1994 la Comunidad de Madrid inició las actuaciones para recuperar el complejo, convocándose un concurso de proyectos que, entre 185 que se presentaron al concurso, ganaron los arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno Mansilla, con la única condición de conservar el edificio original.


Actualmente alberga la Biblioteca y el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, más popularmente conocido como el Leguidú. Los depósitos más valiosos que conserva este monumento histórico, son algunos documentos del siglo XVII y mapas antiguos.



3 de octubre de 2008

San Martín


(c/. Desengaño, 26)

Sus orígenes se remontan al año 1126, cuando es fundado como un convento benedictino. Originariamente estuvo emplazado en la plaza del mismo nombre, frente a las Descalzas Reales. En el siglo XIV, el convento se transformó también en parroquia y llegó a convertirse en la más importante de Madrid.
En 1809, José Bonaparte derribó la iglesia del convento y la parroquia estuvo deambulando por diversas iglesias, hasta que los decretos desamortizadores de 1836, obligaron su traslado definitivo a su emplazamiento actual, ocupando el antiguo convento de Portacoeli que había sido fundado en 1644, y que se encontraba vacío tras la exclaustración de los frailes.
Se puede considerar como un magnífico ejemplo del barroco madrileño de la segunda mitad del siglo XVII. Se cree que fue construido por el Padre José de Valdemoro entorno a 1648. Levantado sobre una planta de cruz latina, destaca la portada, atribuida a los Churriguera. En los últimos años ha sido cedida para la celebración del culto de la comunidad polaca de Madrid, por lo que dicha parroquia también es conocida como la “Iglesia de los polacos”.



27 de septiembre de 2008

Plaza de Canalejas 1


Banco Santander
(Antiguo Banco Hispano Americano)


Proyecto realizado en 1902 por el arquitecto Eduardo de Adaro Magro, arquitecto también del Banco de España. En su construcción, que se prolongó de 1902 a 1905, se repiten pautas que aparecen en el Banco de España, como el patio de la planta baja. El edificio, en el que también intervino Salaberry, consta de planta baja y cuatro alturas repartidas en una fachada principal a la plaza de Canalejas y en otras dos fachadas laterales. Adaro se inclina, en la decoración de las fachadas, por la simetría y por los recursos clásicos: pilastras, semicolumnas, entablamentos, frontones curvos, ménsulas, molduras y dos esculturas en el primer piso flanqueando los ángulos superiores de la puerta principal.

21 de septiembre de 2008

Plaza de Canalejas 3


Casa Allende

También conocida como edificio Credit Lyonnais.El edificio promovido por D. Tomás de Allende, fue construido como edificio de viviendas entre 1916 y 1920, según proyecto de los arquitectos Leonardo Rucabado Gómez, Ramiro Saiz Martínez y Pedro Cabello Maíz y decorado con cerámicas del taller de Zuloaga. Típico edificio de la arquitectura que surge a partir de la crisis de 1898, en este caso, de la arquitectura santanderina.Compuesto por planta baja, entresuelo, dos viviendas por planta y otra en el ático con torreón de esquina. Destaca sobre todo la solana montañesa en la fachada de la Carrera de San Jerónimo.

14 de septiembre de 2008

Plaza de Canalejas 4


Edificio Meneses

En 1914 la viuda del financiero Meneses encargó la construcción de un edificio de viviendas con áticos a los arquitectos D. José María Mendoza y Ussía y a D. José de Aragón Pradera, en un pequeño solar que había en la plaza de Canalejas esquina a la calle del Príncipe, frente al monumental Banco Hispano Americano.
La escasez de dicho solar, obligó a los arquitectos a elevar la altura del edificio y así aparentar una mayor verticalidad, lo que consiguieron por medio de semicolumnas clásicas, entrelazadas con miradores de hierro y cristal, una balaustrada en el piso superior y un templete circular en la esquina sostenido por un tambor encolumnado coronado por una cúpula.

7 de septiembre de 2008

Plaza de Canalejas 5


Uno de los cafés más bonitos y con más encanto de Madrid, que aún perdura, de los numerosos establecimientos de este tipo que había en la capital: Café del Príncipe conocido como el Parnasillo, el Café Nuevo, el Café de la Iberia, el Café del Prado... Se hizo famoso por haber sido lugar de encuentro a partir de 1829 de escritores del Romanticismo, como Espronceda, Ventura de la Vega, Larra y Mesonero Romanos; los dramaturgos Hartzenbusch, Zorrilla y el poeta Enrique Gil y Carrasco; oradores como Fermín Caballero, Salustiano de Olózaga, Bravo Murillo y Donoso Cortés; pintores como Madrazo, Rivera, Esquivel y Villaamil; y grabadores como Deleguer, Castillo y Ortega; y el empresario teatral Juan Grimaldi, actores y jóvenes literatos. Larra lo describió como «reducido, puerco y opaco».

25 de agosto de 2008

Plaza de Canalejas 6


Antiguas viviendas construidas por D. Ramón Pla y Monje, Marqués de Amboage (1823- 1891), a partir de un proyecto de 1913 del arquitecto Joaquín Rojí López-Calvo. Su edificación se prolongó de 1915 a 1916.
En sus bajos, con fachada de madera y dos escaparates ovalados a los lados, La Violeta, negocio familiar de cuatro generaciones. Comercio pequeño que mantiene el mobiliario original con muebles de caoba, que lleva vendiendo dulces desde 1915.
Conocida por sus caramelos de violeta o violetinas, elaborados con la esencia de la flor, con forma de pétalo y de color lila, el caramelo de Madrid. También violetas naturales escarchadas en azúcar, frutas glaseadas, bombones, dulces y violetas confitadas, sin olvidar su Leña Vieja, su Marrón Glasé, sus trufas, sus uvas y sus guindas al coñac. Consumidores especiales fueron entre otros, la reina Victoria Eugenia, Jacinto Benavente o Wenceslao Fernández Flores.
Muy joven se marchó a América donde se hizo millonario con la trata de esclavos.
A su regreso obtiene el título de Marqués de Amboage, la Gran Cruz de Isabel la Católica y la plaza de Consejero del Banco Hipotecario de España. Casado con Faustina Peñalver tuvo dos hijos. A su muerte y por testamento se instituyó la Fundación del Marqués de Amboage, institución benéfica acogida a la protección del Estado y de carácter perpetuo. Entre sus fines: "Distribuir todos los años, entre cien pobres verdaderamente necesitados, vecinos o que residan habitualmente en la ciudad de Ferrol, la suma de cinco mil pesetas en metálico, reparto que se hará el 31 de agosto, día de San Ramón, dando a cada pobre la limosna de 50 pesetas".



3 de agosto de 2008

Viena Capellanes



Hace 135 años, un médico valenciano, el doctor Ramón Martí, decidió hacer un viaje a la Exposición Universal de Viena. De todo lo que vió, lo que más le sorprendió fue el pan. El pan de Viena era más fino y más esponjoso que las hogazas o el pan candeal; su aspecto era lustroso y su distribución en pequeñas cantidades lo convertía en “un pan de capricho, no en un pan de hambre”. Tras este descubrimiento, fundó en Madrid la panadería Viena Capellanes.
En 1879 Serafín Baroja Zornoza llega a Madrid con su mujer, Carmen Nessi Goñi, y sus hijos Darío, Ricardo y Pío. Se trasladan a Pamplona en 1881, y regresan de nuevo a Madrid en 1886. Temporalmente se alojan con la tía materna, Juana Nessi, en la Casa de Capellanes. En ella, Pío Baroja se inicia como empresario, dirigiendo la tahona de Viena Capellanes, en los bajos del edificio. La llegada de Baroja a la tahona fue casual. Su hermano Ricardo había sido reclamado por su tía Juana para que la ayudara con el negocio tras la muerte de su marido, Matías Lacasa, en 1894 y, ante el desinterés de Ricardo, Pío se hizo cargo del negocio en 1896.




Además del atractivo de la bollería y los dulces, la Casa de Capellanes ofrecía a Baroja el no menos irresistible de los caserones antiguos, misteriosos y laberínticos, que despertarían en Pío el interés por el mundo del misterio y del crimen.
A pesar de los esfuerzos realizados por Baroja, la tahona pasó por numerosas dificultades. Matías Lacasa ya la había dejado entrampada al morir.
Baroja liquidó como pudo las deudas, hizo acopio de harina, e intentó conseguir respaldo financiero, que no obtuvo. En cualquier caso, el negocio siguió adelante tras ser comprado a la familia Baroja por Manuel Lence y consiguió, años más tarde, un gran éxito que aún perdura.



22 de julio de 2008

Casa Real de Aduana


Casa Real de Aduana
(C./ Alcalá, 5, 7, 9 y 11)


La antigua Casa de la Aduana, también conocida como Aduana Vieja, fue construida en 1645 en la desaparecida plazuela de la Leña, hoy calle de la Bolsa, en el lugar que antaño ocuparan las Caballerizas de la Reina, entre el palacio de Juan de Goyeneche y el palacio de Torrecilla. Durante el siglo XVIII se hizo cargo de las Rentas de tabaco, sal, naipes, aguardientes, vidrio, etc. Carlos III encargó en 1761 a Francisco Sabatini la construcción de una nueva casa de la aduana. Las obras del edificio, concebido como un palacio italiano, concluyeron en 1769. El alzado se divide en tres alturas:



En la primera, de sillares almohadillados, se abren cinco puertas: tres centrales adinteladas y dos laterales en arco de medio punto. Entre ellas se sitúan ventanas, también adinteladas.
En la segunda, alternan ventanales coronados por tímpanos triangulares y redondeados. Una gran balconada central, sobre la puerta principal se apoya sobre ménsulas decoradas.
Y la tercera de ladrillo, con ventanales cuadrangulares.
Remata el conjunto un ático con balaustrada apoyada en mensulones agrupados de dos en dos.
El interior, organizado en torno a tres grandes patios, dos de ellos separados por un vestíbulo con una escalera de doble derrame y sótanos que servían para almacenes. Como consecuencia de la reforma fiscal de 1845, el Ministerio de Hacienda fue trasladado en 1848 a la Real Casa de la Aduana. En 1944 el arquitecto Miguel Durán Salgado amplió las dependencias con la construcción de un edificio contiguo, sobre el solar del demolido palacio dieciochesco del Marqués de la Torrecilla, con portada realizada por Pedro de Ribera en 1730.
Declarado Bien de Interés Cultural el
27 de febrero de 1998.


13 de julio de 2008

El Ángel Caído


(Parque del Retiro)

En 1877, el escultor madrileño
Ricardo Bellver (1845-1924) realizó la obra en yeso, inspirado en unos versos de El paraíso perdido, de J. Milton, para presentarla en la Exposición Universal de París de 1878. Dado que sólo se admitían esculturas de mármol o bronce, Bellver decidió fundirla en París, por la casa Thiebaut-Fils.
El Ángel Caído, con las alas desplegadas y contorsionado, se apoya sobre unas rocas, mientras una gran serpiente se enrosca alrededor de su cuerpo.
Mide 2,65 metros de alto y descansa sobre un pedestal de granito y piedra, con forma de pirámide truncada de planta octogonal que en cada uno de sus lados figura una carátula de bronce, obra de Francisco Jareño, que representan a diablos sujetando con sus manos lagartos, sierpes y delfines. En cada carátula hay tres surtidores que vierten sus aguas a un pilón, también de granito, de forma ochavada y rodeado por un parterre de boj. El conjunto tiene unas dimensiones de 10 metros de diámetro por 7 metros de alto y fue inaugurado oficialmente en 1885.



Muestra tres grandes influencias: la helenística, de
Laocoonte y sus hijos; la barroca, de Bernini, por sus líneas diagonales; y la romántica, por su intensidad dramática. Es probable que la idea de representar a Luzbel (luz bella), con un cuerpo de atleta adolescente tenga relación con el Lucifero de Costantino Corti.
El modelo en yeso fue adquirido en 1879 por 4.500 pesetas, por el bronce se pagaron 10.000 pesetas y fue cedido ese mismo año al Ayuntamiento de Madrid, para ornato del Parque del Retiro. En la Glorieta del Ángel Caído se levantaron antaño varias construcciones. La más antigua de que se tiene noticia es la ermita de San Antón, tras su derribo Carlos III mandó edificar en su lugar la
Fábrica de Porcelanas de la China, a semejanza de la existente en Capodimonte (Nápoles) y tras ser destruida durante la Guerra de Independencia, el solar permaneció vacío hasta que se erigió la fuente. Curiosamente se encuentra situada a una altitud topográfica oficial de 666 metros sobre el nivel del mar.
Hubo opiniones para todos los gustos.
Massarani: “queda fuera de lo que vulgarmente llaman mediocre”
Martínez de Velasco: “refleja el odio satánico del ángel rebelde”
Jouin: “como si el artista hubiera visto a Lucifer en su caída”
Picón: “atrevida, de incorrecto dibujo y aspecto decorativo”
Eugenio Duque: “desprovista de buen gusto”
Vicente Esquivel: “no reúne las condiciones”
Rouget: “el brazo derecho es muy corto”